lunes, 30 de junio de 2014

AMOR INCONDICIONAL.



AMOR ABSOLUTO. PERFECTO.


 

GÉNESIS  1:1.


En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.

En su infinito e inmerecido amor, el Dios Todopoderoso concedió a su Primogénito Jesucristo, la responsabilidad de resarcir a la humanidad del pecado por traición heredado.

A sus criaturas espirituales, como primera creación, les asignó que guiaran nuestras  vidas con devoción.

Perfectos astros  formó, y que nos rigieran sin error les ordenó.

Un infinito océano que bordearía la creación terrestre, con eguilibrio celestial decretó.

A su primogénito humano, perfecto, varón, una compañera le concedió, con plena libertad para agradecer  a su Hacedor, y que se amaran les permitió. 
Que procrearan les pidió, que poblaran la tierra, que se hicieran muchos en la plenitud de ese bendecido amor.

 ASÍ  LO DISPUSO DIOS.

Ese  fue, es, y será su propósito, pues  aunque el mundo yace bajo el poder del inicuo, su Absoluta e Incondicional  Voluntad  perdurará, porque  complace  la 

PERFECCIÓN  DEL  TODOPODEROSO CREADOR.