viernes, 17 de junio de 2016

HERENCIAS.


HERENCIAS.


Eres ese hombre que vi sentado, muy cercano a una pareja de ancianos mientras conversaban y sonreían, narraban cosas del pasado, quedabas en silencio, y luego preguntabas, ¿qué edad yo tenía?. Creías recordar aquellos maravillosos años que ellos con regocijo revivían.
Siempre lo hacían, y siempre junto a ellos los compartías.

Desde muy cerca se escucha a alguien, te llaman, te pones de pie, y depositando un beso sobre la mejilla de la anciana, haces lo mismo con el anciano, sonriente te alejas. 
En la habitación cercana una mujer joven, embarazada sentada al borde de la cama, y junto a  ella su  niño de cinco años.
-Mi amor, el niño necesita hablar contigo.
-Si papá, yo siempre te oigo hablar con mis abuelitos y veo que son muy felices, pero ahora yo quiero que tú te acerques a la barriguita de mami, y le digas a mi hermanito que yo lo quiero mucho, que se porte bien, y que estoy esperando a que se ponga grande para besar a los abuelitos, y conversar con ellos igual que tú papá.
Y a mami, y a ti también cuando  estén lindos y viejitos.