lunes, 8 de septiembre de 2014

¡VIVIR DEL SUEÑO!.

El popular programa Vivir del Cuento, transmitido por la televisión cubana, ha presentado lo que se pudiera calificar como tragicomedia, pues sus protagonistas Pánfilo y Chequera, un buen día recibieron la visita de un Sr., argentino que los invitó a hospedarse durante una semana en un hotel de lujo en la Playa de Varadero con todos los gastos pagados.

Varadero, ubicado en la provincia de Matanzas goza de gran prestigio entre los turistas extranjeros que lo visitan.

Muy divertidas resultaron las incontrolables ridiculeces que hicieron estos cubanos, al verse en un lugar totalmente desconocido y con condiciones inimaginables en su confort.

Las peripecias de estos comediantes acostumbrados a ls escasez alimenticia, cuando se encontraron frente a una parrillada con tantos y variados comestibles, representó una comedia digna de reflexión para los cubanos que se sintieron reflejados en la misma. 


Lo que ha motivado expresiones de frustración e inconformidad entre la población por haber conocido Varadero, su playa y el confort de sus habitaciones sólo por televisión, a pesar de tenerlo tan cerca y las Reformas Económicas en Cuba.

Mientras Pánfilo y su amigo Chequera se acercaban un poquito más a esta hermosa y lejana realidad, minutos antes de terminar el programa ambos despertaron pues se habían quedado dormidos teniendo el mismo sueño.

Al despertar lo que más desearon fue seguir soñando.

¿REFORMAS ECONÓMICAS EN CUBA? .


Ante su ineficiencia para crear una economía fiable, capaz de sufragar  las necesidades fundamentales de la población, el gobierno cubano ha decidido implementar  una serie de medidas encaminadas a la legalización de negocios particulares. Con lo cual responsabiliza al pueblo con la solución de sus propios problemas económicos.

Durante más de medio siglo en el poder, las autoridades han actuado con gran severidad  para impedir  la venta  o alquiler de viviendas, autos, limitando  la libre adquisición de una línea telefónica, entre otras regulaciones o  prohibiciones, lo que ha garantizado la escasez generalizada, culpando  al bloqueo de los Estados  Unidos por las carencias de todo tipo.

Este embargo comercial, y no bloqueo sino embargo, se mantiene.  Mientras en Cuba se  ha legalizado la compraventa  de viviendas, autos, el hospedaje para cubanos en hoteles de lujo, , viajes de paseo por el extranjero , el  traspaso de la línea telefónica  fija  del  propietario a otra  persona en mutuo acuerdo.  Licencias para ejercer la venta  de comestibles, cafeterías, restaurantes, alquiler de viviendas, servicio de taxis, venta de piezas para automóviles, etc.

Aunque muchos han retirado su licencia como consecuencia de los elevados impuestos exigidos por el estado. Con las  Reformas  Económicas, se diría que mediante un negocio particular rentable cualquier cubano emprendedor  lograría pagar entre $16.000 y 80.000 CUC que exige el gobierno por un auto viejo.  O pagar elevadas sumas en CUC por un apartamento  rentado.

De comprar  una vivienda a particulares el precio mínimo es de $20.000  o  $25.000 CUC, hasta medio o un  millón de CUC.

O podría tal vez  pagar $150.00 CUC por una noche en el Hotel Habana Libre, con derecho a desayuno, pues este precio no incluye almuerzo ni comida.

También podría como resultado de su negocio, pagar una suma que oscila entre los $68.00-$90.00 CUC, por una noche en un hotel de menor categoría, aunque esta última oferta se vence el día 15 de septiembre de este año 2014, debido a la temporada de alza del turismo. Muchos cubanos en base a estas supuestas Reformas Económicas han habilitado espacios con ropa, calzado, perfumes y artículos para aseo personal. Todo comprado en el extranjero.

Estos negocitos  han logrado gran aceptación popular, ya que fundamentalmente la ropa y el calzado tienen buena calidad, son bonitos, modernos  y con estilos diversos.

Lo que ha contrastado con las ofertas en las abusivas tiendas estatales, donde los clientes después de pagar precios excesivos y por demás alterados internamente, se han visto obligados a devolver mercancías  pasadas de moda, feas, de mala calidad o vencidas en sus tejidos porque  se les  han roto apenas  estrenadas. Incluyendo calzados.

El irrespeto al pueblo,  a pesar del comercio con otros países  no ha permitido que el gobierno,  único dueño de todo oferte lo adecuado en correspondencia con los precios exigidos.

Después de conceder  los  permisos  para que los dueños de las viviendas le rentaran los portales de las mismas a los cuentapropistas, el gobierno demostró  gran preocupación ante la competencia, retractándose y obligándolos a  vender dentro de las casas, restandoles así visibilidad.

Continuó la competencia, por lo que las autoridades después de aproximadamente  tres  años decayendo ante una excelente oferta particular y con precios asequibles, recordaron  que las licencias eran para vender ropa de manufactura casera (costureras y sastres). Utilizando  este argumento para cerrar definitivamente muchos negocios, lo que provocó fuertes quejas y apelaciones  ante el Comité Central de Partido Comunista de Cuba, regidor gubernamental.

Les concedieron a estos vendedores un plazo de dos o tres meses para venderlo todo o cerrar los  negocios. Algunos alegaban necesitar más tiempo pues habían vendido sus pertenencias para invertirlo.
Otros lo habían creado con dinero prestado, que debían pagar. Los que mayor suma habían invertido quebraron. Las remesas  familiares  procedentes de los Estado Unidos resultaron de gran ayuda para  la creación de muchos de estos negocios.

Muchos continuaron vendiendo con gran sigilo y sobornos por parte de los inspectores.
Otros lo hacían deambulando para recuperar la inversión, pero algunos fueron sorprendidos por la policía y multados, además de confiscarle la mercancía. De una manera u otra este negocio continuó, mientras el gobierno percibía las afectaciones en la venta de su mercancía obsoleta.

Por lo que determinaron poner en vigor a partir de este  lunes  1 de septiembre de 2014, las Resoluciones  206, 207, 208 y la 300 de la Aduana  General  de  la República de Cuba de conjunto con el Ministerio de Finanzas y Precios, mediante las cuales se regula la cantidad y precios de los artículos que ingresan al país, ya sea por vía aérea a través de mensajeros con el seudónimo de mulas o  por vía marítima.
Siendo advertidos de que se les podría confiscar toda la mercancía, para evitar según el gobierno alguna forma de lucro.

Con estas restricciones aduanales  se quiebra la entrada de mercancía para los trabajadores  del sector privado.

Entonces, con qué dinero los cubanos comprarían las viviendas o los autos  que el gobierno irónicamente les oferta.

Con qué dinero se hospedarían en un hotel, o podrían degustar un enchilado de camarones, o la exquisita langosta cuyos precios andan por los cielos. O sencillamente comer con su familia en cualquier restaurant.


Muchos cubanos en su ingenuidad creyeron que esas oportunidades eran para este pueblo, cuyos salarios oscilan entre los $15.00 y  $18.00 CUC mensuales.

LO CIERTO ES QUE ESTAS OFERTAS HAN SIDO CREADAS PARA TURISTAS EXTRANJEROS .