Cuanta virtud abunda en el ser de ese hombre capaz de venerar, capaz de amar y añorar, aun cuando ya no le es visible aquella presencia de la cual fue fruto de vida.
Quién es ese hombre que con su promesa de fidelidad nupcial se conserva leal, y no pondera la infidelidad como recurso de su masculinidad ?.
Con cuanta honestidad protege los valores morales que le
hacen digno, guía ejemplar de su prole.
Identificado como el compañero amigo ante las dificultades.
Entregado en su amorosa hermandad de conciencia al respeto de
la causa patria, por la propia, o ajena.
Reconociendo en su progenitor a aquel que le permitiera demostrar al mundo que es posible ser.
UN GRAN HOMBRE. UN GRAN PADRE.
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