lunes, 1 de febrero de 2016

DE LA TELEFONÍA PÚBLICA.



Durante los últimos días, he recorrido algunas calles de mi ciudad natal, La Habana.  Observando la gran cantidad de teléfonos públicos que no tienen auricular, porque se los han desprendido.

Pienso, que estos hechos afectan fundamentalmente a los cubanos de a pie, a nosotros mismos, y sería iluso pensar lo contrario.

El gobierno cubano. no carece de los recursos necesarios para comprar cientos de miles de esos aparatos.  El monopolio estatal de las comunicaciones ETECSA., sus funcionarios, trabajadores en general, y los dirigentes del régimen de Cuba, no requieren de estos equipos de comunicación pues tienen a su disposición una tecnología superior.
Quienes si los necesitamos somos nosotros, los que carecemos de posibilidades para comprar un teléfono celular, debiendo pagar además las cifras elevadísimas  en CUC, (dolar cubano), que exigen para la adquisición de una linea para ese móvil.

Por lo que considero, que arrancarles los auriculares, no afecta a las autoridades, ni a los funcionarios de ETECSA.
                                              SOLO EL PUEBLO ES PERJUDICADO.

Y, sin lugar a dudas, urge que esa entidad, y su regidor gubernamental, resuelvan  los problemas presentados por la gran cantidad de teléfonos inutilizados, ya sea, por la ausencia de piezas de repuesto para su reparación, o, debido a los muchos años de servicio que los equipos han ofrecido, y su consiguiente deterioro.

De todas maneras, este desinterés, constituye un gran problema ante el cual los implicados deben adoptar decisiones que conlleven a soluciones.

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