SE MALDICE A SI MISMA.

El feto, es engendrado en el vientre de la madre; ahí se desarrolla, adquiere su forma, crece. 
Por ella se alimenta.
Si ella sufre, también él.
Si ella es feliz, también él.
Son suyos, cada instante de dolor, alegría o tristeza en la vida de ella, porque es hueso de sus huesos, carne su carne, sangre de su sangre.
Debe ser cortado el cordón ombilical para que adquiera vida propia. 
Si después de haberlo traído al mundo, alguna mujer es capaz de maldecirlo, se estaría maldiciendo a si misma, a aquello que formó dentro de si, con sus propios huesos, su carne, su  sangre.
Estaría maldiciendo, una parte de su existencia. 
Se estaría maldiciendo a sí misma.